Vox ha sufrido las consecuencias de la crisis interna en Baleares, ya que su diputado Xisco Cardona ha anunciado que deja todos sus cargos en el partido. Aunque mantendrá el acta de diputado, pasará al grupo de los no adscritos. Esta decisión no pone en peligro el gobierno del Partido Popular (PP), ya que Vox aún cuenta con siete representantes, cuatro votos afirmativos menos de los necesarios para aprobar sus propuestas.
La decisión de Cardona se produjo después de una reunión en Barcelona entre el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, y tres diputados del grupo, incluida la portavoz Idoia Ribas. Durante la reunión, la dirección nacional respaldó a Ribas y exigió unidad y coordinación con Madrid en adelante. Garriga también mostró su apoyo a Cardona, pero no pudo restituirle en su puesto de portavoz adjunto, lo que llevó a Cardona a abandonar el partido.
Cardona denunció la deslealtad de Vox y criticó que su lealtad había sido recompensada con deslealtad por parte del partido. Además, se alineó con la postura de la dirección nacional de posponer la Proposición No de Ley (PNL) sobre el español para evitar perjudicar la relación con el PP. Sin embargo, la líder del grupo, Idoia Ribas, decidió apartarlo del cargo sin el aval de Madrid.
Esta crisis ha llevado a Cardona a abandonar el partido, lo que supone una pérdida para Vox en Baleares. Ahora queda en manos de Vox Baleares la tarea de reconstruir los puentes con el PP para lograr aprobar el techo de gasto propuesto por la presidenta Marga Prohens, garantizando la defensa del español en las aulas, como solicitó Garriga.
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