En ocasiones, nos encontramos en días en los que no sentimos la motivación para hacer algo, o simplemente, las cosas no nos salen bien. Nos preguntamos por qué algo que antes sabíamos hacer ahora nos resulta tan difícil. Además, nos damos cuenta de que hay conceptos y teorías que antes dominábamos y ahora apenas podemos recordar.
Es importante tener en cuenta que nadie es competente en todo momento. La competencia es algo que se va renovando constantemente, y es natural que en algunas ocasiones no nos sintamos competentes en lo que estamos haciendo. Sin embargo, a menudo subestimamos nuestra incompetencia, creyendo que solo por intentarlo somos competentes.
Si nos detenemos a pensar, nos daremos cuenta de que detrás de la incompetencia se encuentra una oportunidad de aprendizaje. Cuando somos conscientes de nuestras limitaciones, podemos tomar medidas para mejorar y adquirir nuevas habilidades. Es en el proceso de enfrentarnos a nuestra incompetencia que nos mantenemos vivos y críticos.
Por lo tanto, en lugar de sentirnos frustrados por nuestra incompetencia, deberíamos verla como un indicador de que hay algo en lo que podemos mejorar. Al reconocer nuestra falta de conocimiento o habilidad, estamos abriendo la puerta al aprendizaje y crecimiento personal.
Fuente: artículo original (sin URL proporcionada)