Cuando era niño, tuve que copiar el famoso relato de Jorge Bucay sobre el elefante encadenado. La historia cuenta que un niño va a un circo y se sorprende al ver a un elefante enorme y fuerte siendo mantenido atado a una cadena que está anclada al suelo por una diminuta estaca. Los mayores le explican que el elefante no se libera porque está amaestrado y ha aprendido que no puede arrancar la estaca.
Esta historia me impactó al imaginar ser el elefante y pensar cuántas estacas podrían estar amaestrándome sin darme cuenta. Nunca reparé en la importancia de ser estaca.
La civilización descansa en un sueño ligero y cualquier detonación podría llevarnos a una espiral de violencia. Por eso, es necesario enseñar desde temprana edad que existen fronteras que protegen nuestra integridad y que enfrentarse a los abusadores es una opción. Sin embargo, rara vez nos enseñan la importancia de ser estaca.
Nos encontramos anclados a una cadena frágil que creemos que no puede ser traspasada. Los partidos políticos, especialmente el PSOE, actúan como elefantes que han estado probando los límites de la estaca que los mantiene atados al Estado de derecho.
En el relato de Bucay, me preguntaba por qué los del circo se arriesgaban a que el elefante escapara. Por qué no lo ataban a diferentes argollas. Pedro Sánchez es un animal que ha descubierto que puede escapar de la cadena, pero la culpa es de los ciudadanos que confían en él y aplauden sus acciones.
Es importante darse cuenta de que estamos frente a una bestia irracional con suficiente fuerza para aplastarnos y debemos tomar medidas para evitarlo.
Fuentes:
– Jorge Bucay, “El elefante encadenado”.