El reciente sondeo realizado entre los militantes del Partido Socialista ha arrojado resultados sorprendentes. Alrededor del 64% de la militancia participó en la encuesta, y un abrumador 87% respondió afirmativamente a la pregunta planteada. Sin embargo, al analizar detenidamente los números, se revela un hecho preocupante: solo el 55% de los afiliados a nivel nacional ha respaldado explícitamente la consulta.
Estos datos sugieren que casi la mitad de la militancia socialista no ha mostrado un apoyo contundente a una pregunta que contiene aspectos ambiguos. La primera parte de la pregunta plantea el apoyo específico a Sumar, mientras que la segunda parte es mucho más vaga y no define claramente su contenido, límites o costos, tanto económicos como políticos, más allá de una amnistía.
La ausencia de la palabra “amnistía” en la pregunta tiene una razón estratégica. Si se hubiera incluido, se habrían dejado de lado otras concesiones exigidas por Puigdemont y Junqueras, como la condonación de 15 mil millones de euros, la amnistía total y la cesión de Cercanías, entre otras. Estas demandas empiezan a generar preocupación en La Moncloa.
Es importante tener en cuenta que tanto la militancia como el propio líder del partido, Pedro Sánchez, desconocían estas concesiones al momento de responder a la pregunta. Incluso Santos Cerdán, mano derecha del secretario general, se atrevió a llamar a Puigdemont “president” en un acto de sumisión arriesgado hacia alguien que aún carga con responsabilidades por el intento de golpe de Estado.
El apoyo mayoritario expresado por los 95 mil militantes socialistas es un cheque en blanco para Pedro Sánchez, en el sentido de que confían en su capacidad para evitar que la derecha gobierne el país. Ahora le corresponde a él tomar las medidas necesarias y demostrar cómo lo logrará, mientras el resto de la militancia observa expectante.