Cuando mi carrera como hematóloga comenzó, examinar un frotis de sangre significaba mirar a través de un microscopio. Era el estándar en todo el mundo. Sin embargo, los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de nuevos enfoques en muchos países, y las herramientas digitales están desempeñando un papel cada vez más importante en el campo de la hematología y la morfología.
Los analizadores digitales de morfología se han adoptado en muchos laboratorios para mejorar la eficiencia y la calidad de los informes en los programas de detección. Estos dispositivos automatizan partes del proceso de detección al analizar grandes cantidades de frotis de sangre para identificar anomalías. Aunque la tecnología no reemplaza el papel de los hematólogos, les permite encontrar células y áreas de interés más fácilmente en comparación con el uso de un microscopio.
Además de mejorar la eficiencia, la morfología digital ha facilitado la colaboración y la armonización dentro de los laboratorios. El acceso a imágenes digitales permite a los profesionales compartir imágenes con colegas para obtener segundas opiniones, incluso si están trabajando desde casa.
La morfología digital también ofrece beneficios adicionales, como el almacenamiento a largo plazo de frotis de sangre y una clasificación más precisa de parámetros anormales proporcionados por los analizadores automatizados.
Sin embargo, a pesar de los avances actuales, sigue siendo urgente e imperativo seguir innovando en este campo. La crisis de recursos humanos en la hematología y el análisis morfológico requiere tecnologías aún mejores para aumentar la capacidad de los laboratorios.
La evolución hacia la morfología digital continúa, y las nuevas tecnologías están siendo capaces de reproducir con precisión lo que se ve bajo un microscopio. Esto ha sido demostrado en estudios recientes, donde las imágenes de células evaluadas en dispositivos digitales coincidieron perfectamente con las vistas en microscopía óptica.
En resumen, la morfología digital ha llevado a mejoras significativas en los tiempos de respuesta, la calidad y los costos en los laboratorios de hematología. Sin embargo, la innovación en este campo es necesaria y está ocurriendo para enfrentar los desafíos actuales y futuros.