En la política siempre encontraremos diversas posturas y diferentes percepciones de los acontecimientos. Un reciente episodio entre representantes del partido Junts y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha generado controversia en relación al papel de los jueces en el Estado de derecho.
Mientras que algunos medios informaron que el prófugo Carles Puigdemont demandó que se juzgue a los jueces que, según él, le están haciendo la vida imposible, otros informan que su protesta se enfocó principalmente en el procedimiento penal abierto en su contra por su participación en actos de terrorismo. En ambos casos, queda claro que la situación despierta pasiones y divisiones.
Es importante recordar que el poder judicial opera de acuerdo con un principio fundamental: la legalidad. Los jueces son guardianes de este principio y tienen la responsabilidad de asegurar que los gobiernos no se excedan o abusen de sus poderes. Su función no es consultiva o participativa, sino que se basa en la aplicación de la ley de manera racional, coherente y rigurosa.
Es comprensible que existan diferencias de opinión y posturas políticas en torno a las decisiones judiciales. Sin embargo, negar legitimidad a los tribunales o despreciar al poder judicial solo debilita el Estado de derecho. Los jueces son profesionales capacitados e inteligentes que reflexionan seriamente sobre los problemas complejos que enfrentan. Además, su conocimiento de la vida diaria, obtenido tanto de fuentes jurídicas como de experiencias personales, les permite tomar decisiones informadas.
Es necesario recordar que el equilibrio entre los poderes del Estado es esencial para una democracia funcional. En lugar de despreciar a los jueces, debemos confiar en su integridad y dedicación a la aplicación imparcial de la ley. Debemos recordar que su tarea es indispensable para garantizar la estabilidad y justicia en una sociedad.
En conclusión, el debate en torno al papel de los jueces en el Estado de derecho es complejo y genera opiniones encontradas. Sin embargo, es fundamental entender y respetar la importancia de un poder judicial independiente y objetivo. Solo así podemos avanzar hacia una sociedad basada en la legalidad y la justicia.