No es raro escuchar que España estaría mejor sin Cataluña, ya que muchos se sienten cansados del separatismo y consideran que esa energía podría canalizarse en otros temas más productivos para el país. Sin embargo, esta idea carece de sentido y solo demuestra el agotamiento causado por la presencia constante de Puigdemont.
Actualmente, la falta de prisa en la elección de un presidente y la formación de un gobierno que trabaje para el bien común ha llevado a especulaciones e intenciones diversas en el ámbito político. Una de las ideas más interesantes es que el PSOE podría ser sensible a las críticas internas y renunciar a cualquier pacto con los separatistas catalanes, lo que podría desencadenar una repetición electoral. Pero, ¿por qué harían eso? ¿Por dignidad? La respuesta es que la “dignidad” para Sánchez es enviar a Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, a reunirse con Puigdemont en lugar de involucrarse personalmente en la situación.
En realidad, tanto Sánchez como Puigdemont evitarían una repetición electoral si pueden hacerlo. A ninguno le conviene esta situación y ambos están cómodos llevando a cabo su juego de dentista, intercambiando roles entre sí. El expresidente de Cataluña, Puigdemont, se hará desear y dudará en regresar, ya que tiene un trauma pendiente de las promesas incumplidas de Rajoy en relación con la aplicación del artículo 155. Por otro lado, Sánchez no ha solicitado que se incluya el catalán como idioma oficial de la Unión Europea ni ha renunciado a su investidura debido a las diferencias en cuanto a la amnistía.
En cuanto a Puigdemont, aunque haya cometido errores en el pasado, como proclamar la independencia en lugar de convocar elecciones autonómicas, no se puede descartar que vuelva a hacerlo. Sin embargo, cualquier persona en su lugar aprovecharía la amnistía y dejaría los comentarios sobre la unilateralidad para compartirlos en confianza con sus amigos.
En conclusión, las especulaciones sobre una repetición electoral en España son producto de la falta de avance en la formación de un gobierno y reflejan las tensiones existentes entre los diferentes partidos políticos y sus posturas frente al separatismo catalán.
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