En un intento desesperado por encontrar soluciones económicas, el régimen venezolano ha vuelto a la Mesa de Negociación en México. Aunque estos acuerdos son frágiles e imprecisos, el gobierno reconoce la necesidad de dinero para enfrentar la grave crisis financiera en la que se encuentra. Las sanciones impuestas han dejado al poder sin recursos para pagar salarios, bonos y facturas, así como para avanzar en obras públicas y programas sociales.
La situación es tan crítica que el gobierno apenas cuenta con el 20% de los recursos necesarios para cumplir con sus obligaciones básicas de gestión. La falta de fondos ha llevado al régimen a buscar alternativas y acuerdos con la Plataforma Unitaria, que representa a la sociedad venezolana y aspira a un cambio político en el país. Una de las concesiones que ha hecho el gobierno es permitir que la oposición pueda elegir a un candidato presidencial que se enfrentará al candidato del régimen en las elecciones de 2024.
Sin embargo, el régimen enfrenta convulsiones internas y diferentes corrientes que defienden posturas contradictorias. Algunos grupos militares, liderados por Diosdado Cabello, abogan por reprimir las protestas y elegir a un candidato opositor controlado por el gobierno. Esta postura ha llevado a intentos de ilegalizar las elecciones primarias de la oposición, lo cual ha generado tensiones dentro del partido gobernante.
En medio de este panorama incierto, el régimen se enfrenta a la posibilidad de un estallido social debido a la grave crisis humanitaria que vive el país. La falta de alimentos, servicios y el saqueo de recursos han llevado al pueblo venezolano al límite de su paciencia. Si el gobierno no cumple con algunos de los derechos políticos exigidos por la sociedad, es probable que se desate una ola de protestas masivas cuyo desenlace es difícil de predecir.
Fuentes:
– Manual y teoría sobre la negociación
– Salas situacionales del gobierno venezolano