El sector turístico ha experimentado grandes cambios en los últimos años gracias a la digitalización. Ahora, más que nunca, la oferta turística está al alcance de un clic, lo que ha supuesto un desafío constante para los profesionales del sector. Sin embargo, la llegada de la inteligencia artificial plantea nuevas necesidades y retos que requieren de diálogo y colaboración.
En un reciente foro sobre la transformación digital en el sector turístico, se discutió el papel de las tecnologías de la información en el impulso del turismo. El encuentro destacó el respaldo sin precedentes que el Gobierno ha brindado al sector con una inversión de 3.400 millones de euros en el Plan de Modernización y Competitividad del Sector Turístico.
En este contexto, se resaltó la importancia de la digitalización de las pymes turísticas, que representan entre el 92% y el 97% del sector. Aunque muchas empresas son conscientes de la necesidad de digitalizarse, aún enfrentan obstáculos como la falta de formación y recursos para cubrir esta necesidad.
La Plataforma Inteligente de Destinos, liderada por la Secretaría de Estado de Turismo y Segittur, busca posicionar a España como líder en turismo digitalizado. Esta iniciativa tiene como objetivo mejorar la experiencia turística y ofrecer servicios integrados en destino.
En el ámbito de la digitalización, se enfatizó que el huésped es el centro de la estructura turística. Analizar su comportamiento y mejorar su experiencia es fundamental para el sector. Además, la digitalización de los procesos internos permite a los establecimientos optimizar su rentabilidad y reducir costes.
El debate sobre la inteligencia artificial puso de manifiesto la importancia de encontrar un equilibrio entre la tecnología y el factor humano. Si bien la tecnología es una herramienta poderosa, el éxito no está garantizado sin la capacidad transformadora de las personas.
En conclusión, la digitalización del sector turístico representa una gran oportunidad para el crecimiento y la mejora de la experiencia del turista. Sin embargo, es necesario superar los desafíos que implica, como la formación y la inversión en tecnología. Solo así podremos aprovechar al máximo el potencial de las nuevas tecnologías y ofrecer servicios turísticos adaptados a las necesidades de los viajeros.