La convocatoria realizada por el Partido Popular ha generado un impacto significativo, al lograr captar la oleada de indignación que se extiende por toda España desde que se conocieron los primeros acuerdos entre los socialistas y los partidos independentistas. Las calles y plazas del país se han llenado de voces de una mayoría ciudadana que se niega a dejarse humillar por aquellas fuerzas contrarias a la Constitución Española, con el objetivo de que Sánchez pueda mantenerse en el poder.
Como refleja el manifiesto redactado por el Partido Popular para esta ocasión, España se ha convertido en “un clamor por la igualdad, la dignidad, la justicia, la convivencia y la diversidad”. Los pactos firmados con ERC, Junts y PNV someten a la democracia española a la voluntad de estas fuerzas reaccionarias y suponen el fin definitivo del régimen de 1978, al desmantelar los consensos constitucionales que sustentaron nuestra democracia.
Sánchez ha optado por seguir adelante con esta inaceptable operación con el objetivo de evitar la alternancia democrática en el poder después de perder las últimas elecciones generales. Así, ha puesto en marcha un proceso de humillación al Estado, entregándolo a aquellos que quieren desmantelarlo. No está claro si este proceso de degradación institucional podrá ser revertido en su totalidad en un futuro cercano.
La ciudadanía ha alzado su voz en defensa de la democracia y los principios fundamentales que la sustentan. Este movimiento de indignación y clamor deja en evidencia la profunda fractura que se está generando en la sociedad española y plantea un desafío para el futuro de la política en el país. Es necesario encontrar soluciones que promuevan la unidad y el respeto a la Constitución, garantizando la igualdad y la convivencia de todos los ciudadanos.