Los ataques térmicos son una técnica que utiliza cámaras sensibles al calor para detectar las huellas dactilares en diferentes superficies. Estas huellas pueden revelar información personal, como contraseñas, y ser utilizadas por hackers para acceder a datos privados. Ante esta preocupación, el Dr. Mohamed Khamis y su equipo de la Universidad de Glasgow han desarrollado una herramienta llamada ThermoSecure, que utiliza inteligencia artificial para interpretar imágenes térmicas y descifrar contraseñas en segundos.
Para contrarrestar estos ataques, la investigación identificó hasta 15 enfoques diferentes. Algunas estrategias físicas incluyen el uso de guantes o dedales de goma, cambiar la temperatura de las manos antes de escribir y reposar las palmas en los dispositivos para ocultar rastros de calor. En cuanto a las soluciones tecnológicas, se mencionan elementos calefactores detrás de las superficies, materiales que disipen el calor rápidamente y teclados que cambien la disposición de las teclas después de su uso.
Una encuesta realizada a 306 participantes reveló que los usuarios valoran la autenticación multifactorial y están preocupados por la higiene y la privacidad al utilizar dispositivos públicos. Por lo tanto, la seguridad digital es una responsabilidad compartida entre usuarios y fabricantes. Mientras los usuarios deben ser conscientes de su entorno y tomar medidas de protección, los fabricantes deben considerar estos riesgos desde las primeras etapas del diseño de sus dispositivos.
El Dr. Khamis sugiere que los fabricantes de cámaras térmicas podrían integrar bloqueos de software para prevenir estos ataques. Sin embargo, más allá de las soluciones técnicas, es esencial que cada individuo adopte una estrategia de seguridad que se ajuste a sus hábitos diarios. Solo a través de la conciencia y la acción colectiva podremos enfrentar de manera efectiva los desafíos de seguridad en la era digital.