El Parlamento y el Consejo de la Unión Europea han llegado a un acuerdo histórico sobre la creación de una “Cartera Digital de Identidad” a nivel paneuropeo. Esta nueva iniciativa permitirá a los ciudadanos identificarse y autenticarse en línea sin tener que depender de proveedores comerciales, lo que plantea preocupaciones en cuanto a la confianza, seguridad y privacidad de los datos personales.
La “Cartera Digital de Identidad” será utilizada de manera voluntaria y se han establecido disposiciones para proteger los derechos de los ciudadanos y promover la inclusión digital, evitando cualquier tipo de discriminación hacia aquellos que opten por no utilizarla. Además, se ofrecerán “firmas electrónicas cualificadas” gratuitas, que tienen la misma validez legal que una firma manuscrita.
Este acuerdo también prevé facilitar las interacciones de cartera a cartera para mejorar la fluidez de los intercambios digitales. Asimismo, se ha exigido que la cartera sea de código abierto para fomentar la transparencia, la innovación y reforzar la seguridad. Se establecerán normas estrictas para el registro y la supervisión de las empresas involucradas, con el objetivo de garantizar la responsabilidad y la trazabilidad.
En cuanto a la protección de datos y privacidad, los usuarios podrán tener control total sobre sus datos a través de un “tablero de privacidad”, y podrán solicitar la eliminación de sus datos de acuerdo con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). Además, el derecho a utilizar un seudónimo estará protegido por ley.
Aunque este acuerdo ha sido elogiado por muchos como una forma de mejorar la vida cotidiana de los ciudadanos de la Unión Europea al facilitar el acceso a servicios públicos y privados, también ha generado preocupaciones. El think-tank Brownstone Institute advierte que los estados podrían utilizar estos sistemas de identificación como armas y que las garantías de privacidad de la UE no son infalibles, lo que podría resultar en el mal uso de los datos de los ciudadanos.
Esta nueva cartera digital refleja la creciente digitalización de nuestros servicios y la necesidad de encontrar un equilibrio entre la comodidad y el control de los datos personales. Aún queda pasar por el respaldo del Parlamento y el Consejo antes de que se convierta en ley, pero sin duda marca un paso importante hacia la construcción de una Europa digital más segura y eficiente para todos los ciudadanos.