Los abuelos son esa entrañable figura que se encuentra frente a la puerta, despidiéndonos con besos y abrazos. Son personas con un corazón tan grande que acogen a hijos, nietos e incluso bisnietos, ya que conocen mejor que nadie la máxima de San Agustín que afirma que “la mejor medida del amor es el amor sin medida”.
Estos personajes fantásticos son capaces de ver el mundo como lo haría un niño, involucrarse en sus aventuras y crear momentos mágicos. Pueden convertir una sábana gastada y unas alfombras en un tipi, tomar el té en tacitas que se escurren entre sus dedos y recorrer la manzana disfrazados de vampiros para pedir truco o trato. Los nietos les ofrecen un cariño y ternura sin reservas, y con ellos, la vida les otorga una segunda oportunidad para revivir aquella infancia que algunos abuelos sienten que perdieron debido a su dedicación para sacar adelante a sus propios hijos.
Achacan los dolores y olvidan los achaques para poder estar siempre disponibles para cualquier petición de ayuda de unos padres que, en muchas ocasiones, se ven desbordados por sus múltiples responsabilidades. Los abuelos están siempre ahí, con su sabiduría acumulada a lo largo de los años, dispuestos a dar esos consejos y compartir esas vivencias que atesoramos como oro de aquellos que ya no están.
Es importante valorar y agradecer esa labor callada y responsable de los abuelos día tras día. Su entrega y cariño no conocen festivos ni fines de semana, siendo siempre desinteresada y plena. A veces, el reconocimiento no se verbaliza, pero ellos saben leerlo en nuestros ojos.
Recordemos todo lo que les debemos y que, quizás, en una vida entera no podríamos pagar. Agradezcamos a todos los abuelos, como Pedro y Guadalupe, la pareja que personifica la más pura definición de abuelos. También pensemos en Milagros y José, que pronto se convertirán en abuelos y vivirán momentos inolvidables. A todos los que han sido, son y serán abuelos, les enviamos nuestro reconocimiento y gratitud por su entrega y cariño.
Fuentes:
– San Agustín
– Experiencia personal